En plena víspera de la inauguración de la Copa Mundial de la FIFA y
en plena disputa de las finales de la NBA, acaba de publicarse en la
revista Psychological Science un estudio que los entrenadores habrían de tener muy en cuenta de cara a ganar sendos campeonatos.
Al contrario de lo que puede parecer, contar con demasiado talento en un equipo puede ser contraproducente.
La investigación, dirigida por el profesor Roderick Swaab, demostró que
la presencia de un alto número de deportistas con una habilidad nata puede disminuir la voluntad de los jugadores de coordinar su juego,
comprometiendo el rendimiento general del equipo. “El talento gana
partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan
campeonatos", que decía Michael Jordan.
La clave del éxito no reside en aglutinar el mayor número posible
de deportistas prodigio. Así concluye la investigación llevada cabo por
el científico del INSEAD, que ha demostrado que la relación entre el
talento y el rendimiento no es directamente proporcional, sino que, en
el caso de deportes con altos niveles de interdependencia como el fútbol
y el baloncesto, la calidad individual facilita el desempeño del equipo
sólo hasta cierto punto. Si traspasamos esa “línea de marcaje”, los
beneficios de tener superestrellas en nuestras filas van decreciendo, ya
que los jugadores no logran armonizar su juego y el rendimiento del conjunto decae.
En el caso de deportes más individualistas, como el béisbol, los altos
niveles de talento no parecen perjudicar la táctica grupal.
Esta información puede ser de ayuda tanto para los
seleccionadores como para los propios deportistas, ya que no es el único
perjuicio derivado del juego en solitario: estudios previos han
demostrado que quienes no cooperan salen perjudicados a largo plazo.
Fuente Revista Muy interesante
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